martes, 16 de marzo de 2010

EL MAL DE ALTURA


El mal agudo de montaña (MAM), llamado coloquialmente mal de montaña, mal de altura,soroche o apunamiento, es la falta de adaptación del organismo a la HIPOXIA de la altitud (trastorno en el cual el cuerpo por completo (hipoxia generalizada), o una región del cuerpo (hipoxia de tejido), se ve privado del suministro adecuado de oxígeno) . La gravedad del trastorno está en relación directa con la velocidad de ascenso y la altitud alcanzada. De manera inversa estos síntomas normalmente desaparecen al descender a cotas más bajas. Ocurre a partir de los 2.400 metros de altitud. Los síntomas de la hipoxia generalizada dependen de la gravedad y la velocidad del ataque. Estos incluyen dolores de cabeza, fatiga, náuseas, inestabilidad, euforia...
Bueno es algo que nos preocupa a todos, tanto a los que ya hemos estado o vivido a cierta altura como a los que no. Si la aclimatación se hace adecuadamente, tienes buena salud, alimentación y más o menos un descanso adecuado, no tendrían que aparecer grandes síntomas. Evidentemente cuando viajas en el tren hacia Lhasa ( 3600m) y subes en la meseta hasta 5100 m de altitud, no haces paradas largas y pasas muchas horas a gran altura, es difícil hacer una buena aclimatación, pero, por otro lado tampoco es que asciendas a una gran velocidad y si a esto le añadimos que el Tren debajo de cada asiento tiene una salida de oxigeno que, cuando el tren va subiendo, abren para ir compensando, pues posiblemente todo se reduzca a un dolor de cabeza que solucionaras con ibuprofeno o aspirina, según algunos conviene tomarlos aunque no tengas síntomas.
Nosotros notamos y bastante la falta de oxigeno, ya en el tren, tanto por el esfuerzo que conllevaba hacer cualquier cosa como por una rato de risa tonta que nos dio, vamos un poco de euforia provocada por la hipoxia, pero no tuvimos ningún otro síntoma. En Lhasa algunos notamos bastante la altura, subir al Potala, subir a la habitación por las escaleras o intentar andar más rápido, suponía un gran esfuerzo, vamos que en ocasiones nos daba la sensación de que a esa altura tienes que respirar tres veces para que te llegue algo de oxigeno a los pulmones. Pero insisto que todo se resumió en un dolor de cabeza y la sensación del esfuerzo que costaba hacer cualquier cosa, que además desaparece en uno o dos días. Con respecto a medicamentos para el mal de altura, algunos recomiendan llevar diamox o su versión española el Edemox pero, tiene unos cuantos efectos secundarios no muy agradables y realmente para ir a Lhasa a nosotros nos pareció excesivo. Además ya sabes, en cada hotel y seguro que hasta en el supermercado puedes comprar una botella de oxigeno si te ves muy mal.
Nosotros sólo vimos dos casos grabes, uno en el mismo tren, una mujer China que estaba con convulsiones y la atendió el médico que va en el tren y, ya en Lhasa un mujer Griega que había llegado en avión y en poco tiempo subió a unos de los lagos a 5000 metros y, a la que alguien le dio un remedio chino para el mal de altura, un poco de oxigeno y no tubo más problemas.
Desconozco que pasa cuando llegas a Lhasa directamente en avión, nosotros llegamos en tren, pero por lo que he leído por ahí la gente tiene más o menos las mismas sensaciones y síntomas.

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